Demasiados contratiempos

Villarral 3 - Sevilla 2

A este Sevilla de Champions parece que le ha mirado un tuerto. Al convulso comienzo de temporada se le está uniendo los continuos problemas físicos. Las lesiones se están cebando con una defensa que le está costando sudor y sangre conseguir la estabilidad. Y es que cuando no es Escudé, es Fazio, y cuando no Crespo. A todo esto, Jiménez reinventó de nuevo, no sé cuantas van ya, la retaguardia. Alves, Mosquera, Drago y Casado fueron los elegidos para el combate en el Madrigal.

Durante los primeros compases el balón estuvo dividido y ambos conjuntos peleaban cada jugada como si se les fuera la vida en ello. Se esperaba un partido más alegre, con más fútbol, pero para nada fue así. Ambos equipos dejaron la elegancia a un lado y se centraron en presionar a base de faltas. El ambiente se iba caldeando y comenzaron a saltar las primeras chispas entre Poulsen y Pires, Guille Franco y Alves. Los enfrentamientos siempre beneficiaban a los locales que contaron con un árbitro meramente casero. Pero en un partido con jugadores de tanta calidad, no podían faltar los goles. Los de Pellegrini abrieron el marcador tras un excelente lanzamiento a balón parado de Senna, ojalá las pusiera igual de bien en la selección, que fue rematado por Guille Franco a placer de Palop. El valenciano se quedo de piedra y no reaccionó. Cantada del cancerbero y el primer tanto de la noche.

Pero el Sevilla pronto solucionó la papeleta y tras una gran jugada de Poulsen, quien realizó un partidazo, Luis Fabiano le servía en bandeja un balón que Kanouté remató. Llegaron las tablas al marcador y de nuevo el combate. Los jugadores luchaban cada balón con gran intensidad hasta que aparecieron los primeros daños colaterales: Josico tuvo que abandonar el campo lesionado y Alves caía en las provocaciones de Guille Franco. Un Dani Alves que al término de la primera parte se auto expulsó al tocar el balón con la mano. El Sevilla se quedaba con uno menos y todavía quedaba mucha leña que cortar.

En la segunda parte, el Villarreal fue dueño y señor del partido. Pero aún así, el equipo hispalense aprovechó un córner para conseguir el segundo tanto. Tras un mal despeje de la defensa local, Luis Fabiano aprovechó la ocasión y lanzo un gran tiro. El brasileño adelantaba a los sevillanos y se convertía en el pichichi momentáneo de la Liga. Con el resultado a favor y con uno menos, el Sevilla se echó demasiado atrás y el encuentro se convirtió en un monólogo amarillo. Además, el conjunto nervionense seguía teniendo problemas y Casado y Kanouté tuvieron que retirarse por problemas físicos. Jiménez reaccionó in extremis y colocó a Renato de extremo, atrasó a Adriano y colocó a Pep Martí de lateral derecho. Otra vez, una defensa de circunstancias. Arriba, Luis Fabiano. El Villarreal lo intentaba una y otra vez, y de nuevo Guille Franco puso las tablas. Otro fallo de Mosquera que siempre estuvo por detrás del delantero. Senna, de nuevo, puso un sensacional balón y el ariete no lo desaprovechó. Dos a dos, pero todavía no había terminado esta historia.

El Villarreal presionaba y ahogaba al Sevilla que cada minuto notaba más la ausencia de Dani Alves. Pero en una contra, Keita le dió un gran pase en largo a Navas. La velocidad del palaciego fue clave para plantarse sólo ante el portero. Lanzó, pero el extremo sevillista sigue gafado de cara a portería y el balón se estrelló en el palo. El Sevilla pudo sentenciar en el mejor momento, pero el palaciego le dio vida al rival. Entonces, el Villarreal echó toda la carne al asador y en una jugada de Guille Franco, Mosquera derribó al jugador. El central sevillista cometió un penalti de juvenil. Matías Fernández ejecutó la pena máxima engañando muy bien a Palop. Concluyó un encuentro que estuvo marcado por la expulsión de Alves y por las lesiones. El Sevilla perdía así una gran oportunidad de engancharse a la Liga.