Así se ha despedido Juande Ramos del Sevilla. El de Pedro Muñoz deja tirada en la cuneta a la entidad que le ha hecho grande en unos momentos en los que el conjunto hispalense podría pagar cara la decisión del manchego. Valencia, Atlético, Real Madrid, Steaua y Villareal son los próximos rivales a los que tendrá que enfrentarse en apenas dos semanas. Todo esto envites, unido con el mal comienzo en Liga y el duro palo de la pérdida de Antonio Puerta, puede dejar una dura secuela en el seno nervionense que tendrá que superar, de la mano de Manolo Jiménez, este duro palo lo antes posibles si quieren seguir manteniendo intactas sus aspiraciones al título liguero.
Se trata de todo un jarro de agua fría para los sevillistas. Juande Ramos ha preferido los objetivos económicos ante que los deportivos. Podría haber seguido triunfando en un Sevilla que aspira a todo, pero ha preferido irse a un Tottenham que está a años luz de los de Nervión. De nuevo, el dinero ha vuelto a comprar los que algunos pensaban imposible, que el entrenador dejara tirado al equipo en este tramo de la competición tan importante. Gana su bolsillo, pero pierde su credibilidad y confianza. ¿Quién va a creer a partir de ahora las palabras de Juande Ramos después de haber desmentido por activa y por pasiva que no tenía relaciones con el Tottenham? ¿Quién le dará su confianza viendo lo que le ha hecho al Sevilla?
Juande Ramos ha sido el mejor entrenador de la historia sevillista. Así lo dicen los números. Pero quizás hoy, muchos ya no quieran ver a ese genio manchego que hizo lo mejor y también lo peor: dejar en la estacada a su equipo en la temporada más importante e ilusionante de su historia. No sé si el de Pedro Muñoz tendrá la oportunidad de poder contar de nuevo con una plantilla como la sevillista, pero lo que sí sé es que ha dejado escapar una gran ocasión de seguir agrandando su nombre en la historia del balompié.
La pena de todo, es que el ex entrenador sevillista no se va a atrever ni a dar una rueda de prensa. No tiene lo que hay que tener para dar la cara después del feo que le ha hecho a los jugadores y a toda su afición. Una entidad que se merece un respeto, ya que, que como bien señaló Del Nido, le sacó del paro y lo ha convertido en uno de los mejores técnicos de Europa. A base de trabajo, el de Pedro Muñoz consiguió éxitos impensables. Tan impensables como su salida una noche de 26 de octubre. Se va Juande, en plena competición liguera y con el equipo jugándose la vida en la Champions League. Abandona el barco el manchego como nunca le hubiera gustado, por la puerta de atrás, pero que está vez, propiciado por el dinero, ha querido abrir. Dará su versión y se despedirá a través de su página web, a espaldas, como sólo lo hacen los cobardes. Hoy se ha ido el técnico más grande que ha tenido el Sevilla en sus cien años de historia, pero también a dicho adiós ese señor que dejó abandonado a la entidad que le hizo grande. Se fue el mejor, pero también el peor. Su señorío y semblanza lo perdió aquella mañana en la que se reía cada vez que le preguntaban por su futuro.
Por último, te deseo lo mejor en tu aventura londinense, que triunfes, que ganes lo que te merezcas y que demuestres lo gran técnico que eres. Pero sólo pordrás mostrar esa versión, porque desgraciadamente hoy me has enseñado que esa faceta humana que te hacía aún más grande, ya es historia. Siempre me trataste de manera muy correcta. Educado y humilde atendías a los medios, aunque ese día no quisieras hablar. Has sido todo un caballero, menos hoy. Cuando te vi cruzando ese camino que une el campo de entrenamiento con los vestuario. Un camino que se me ha hecho más largo de lo habitual. Tu sonrisa e ironía me lo dijeron todo. Suerte y reflexiona un poco del daño que le has hecho a esa entidad y a esa afición que te han convertido en el mejor entrenador de Europa.
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