Juande Ramos solo tiene en la mente vencer al Slavia de Praga sea como sea. No se puede fallar en la segunda jornada de la Liga de Campeones, y menos jugando en casa. Por ello, para el técnico manchego se trata de un "partido vital y tenemos que conseguir la victoria para continuar teniendo las aspiraciones intactas".
Unas aspiraciones que pasarán por una defensa que deberá estar más concentrada que en las anteriores citas y con una delantera con mayor pegada. Pero no es esa la única preocupación del técnico nervionense, ya que espera que la afición sevillista, maltratada económicamente por la directiva hispalense, no deje solo al Sevilla en una día tan importante: "Me sorprendería no ver lleno el estadio porque es el partido más importante que ha jugado el equipo en el pasado reciente y porque el equipo necesita la ayuda de su afición en este partido vital. No tener ese apoyo sería un lastre".
Pues que Juande Ramos no vaya contando con este apoyo, ya que, desgraciadamente, desde la tercera planta del Pizjuán se han cargado lo que debería haber sido la fiesta del sevillismo. Esa fiesta con la que tanto tiempo han soñado miles y miles de aficionados.
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